Víctor Amat, presidente de la Asociación Española de Psicoterapia Breve (AEPB), apunta que la idoneidad de aprovechar el descanso veraniego para hacer “un reset vital” depende mucho de cada persona y de sus circunstancias. “Si uno pasa las vacaciones solo será más fácil realizar cambios radicales, pero si vive en pareja o en familia y los cambios que quiere introducir les repercuten, tendrá que pactar su objetivo o buscar un camino que satisfaga a todos”, explica.
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