lunes, 24 de diciembre de 2012

Las dificultades de la Adolescencia


La adolescencia comienza en la pubescencia, luego de la latencia
La Adolescencia desde el Psicoanálisis
La teoría psicoanalítica sostiene que la adolescencia es un fenómeno genético y universal.
Durante la pubescencia se producen los cambios corporales asociados con las funciones propias de la reproducción y al mismo tiempo se activa el instinto sexual, elemento psicológico correspondiente a las energías libidinales que necesitan la descarga de la tensión, junto con otros fenómenos típicos de esta etapa.
Los cambios fisiológicos que se producen en esta etapa se relacionan con los procesos corporales por un lado y con cambios psicológicos y de la autoimagen por otro.
Durante la adolescencia la agresividad y la torpeza se relacionan con los cambios fisiológicos y por otra parte, la nueva imagen corporal exige un cambio de relaciones sociales.
Por lo tanto, el adolescente debe enfrentar en esta etapa: un nuevo grupo social debido a su nueva estructura corporal, la resolución del complejo de Edipo; posiblemente un breve período homosexual; y finalmente el acceso a una relación heterosexual normal.
Estos cambios fisiológicos traen aparejadas perturbaciones emocionales, en particular aumentando las emociones negativas como la depresión, la ansiedad, la pereza, el estrés y la agresividad.
Según esta teoría, los primeros cinco años de individuo son cruciales para la formación de la personalidad que se concreta durante la crisis de la pubescencia y que depende de su resultado.
Freud no manifestó marcado interés en esta etapa de la vida debido a su idea revolucionaria de que la sexualidad comienza en la primera infancia y no en la pubertad; y que la capacidad de amar y la normalidad o anormalidad están determinadas por las experiencias de las etapas pregenitales.
En la pubertad se instaura la supremacía de la zona genital y el objetivo de la reproducción y se manifiesta por la excitación de la zona erógena, por la intensa tensión interior y la urgente necesidad de descarga y por la gran excitación sexual psicológica que lleva a la masturbación debido al gran poder del impulso y la obvia imposibilidad de solucionarlo adecuadamente.
Los problemas de adaptación de un adolescente son comunes ya que la sexualidad se opone a su seguridad, por lo tanto en esta etapa pueden surgir síntomas histéricos y neuróticos y hasta enfermedades mentales graves.
El impulso sexual aumentado durante este período revive la tendencia hacia los objetos incestuosos provocando una segunda situación edípica, aunque mitigadas por el desarrollo del Superyo que reprimirá esas tendencias.
Freud señala que pueden darse algunas situaciones peligrosas para el desarrollo psicosexual. En primer lugar los lazos muy estrechos con personas del mismo sexo que puede fomentar la inversión del objeto sexual y luego, la dependencia que lo vinculan a sus padres.
Este desprendimiento emocional es necesario y se manifiesta con rechazo, resentimiento y hostilidad, no sólo frente a los padres sino también contra toda forma de autoridad.
Resumiendo, para el Psicoanálisis, el objetivo fundamental del adolescente es lograr la primacía genital y el logro de un vínculo con un objeto no incestuoso. (Objeto para el Psicoanálisis quiere decir persona significativa)
La teoría Psicoanalítica se destaca por el énfasis que atribuye a los factores biológicos, principalmente por la utilización del concepto de instinto. Sin embargo la influencia de factores sociales nunca ha sido desestimada por Freud ni negada su importancia.
El instinto de reproducción se relaciona con la energía que denomina libido, que consiste en un impulso hacia el placer o instinto de vida.
El desarrollo del Superyo, o conciencia moral, permite el desarrollo de los conceptos morales y las aspiraciones personales según la cultura.
Para Freud, este proceso evolutivo, principalmente en la etapa de latencia y de pubescencia representa una lucha energética entre las fuerzas instintivas que denomina Ello, y las fuerzas socialmente adoptadas o conciencia moral del Superyo.
Desde este encuadre, cada etapa psicosexual, desde la infancia, persiste y se agrega a las posteriores integrándose, de modo que el autoerotismo, el narcisismo y el amor objetal pueden coexistir en un individuo.


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"El sufrimiento ni te hace más sabio ni mejor persona"


"El sufrimiento ni te hace más sabio ni mejor persona"

24/12/2012 - 00:00
"El sufrimiento ni te hace más sabio ni mejor persona"
Foto: Jordi Play
Instinto de felicidad
Cuando cayeron las Torres Gemelas, Rojas Marcos dirigía el Sistema de Sanidad y Hospitales Públicos de Nueva York. "Me he pasado media vida en los hospitales y lo que he visto en las personas que sufren y en mí mismo es que la mayoría nos las arreglamos y protegemos nuestra satisfacción con la vida en general". De eso habla su último libro, Secretos de la felicidad (Espasa), del instinto de felicidad. Ameno y cariñoso, Rojas Marcos es un psiquiatra que ha llegado a lo más alto en EE.UU. Posiblemente porque es un médico atípico, que no sienta cátedra, que explica sin complejos sus dificultades y reconoce la ayuda que a lo largo de su vida ha podido recibir.
Esta mañana hablaba con el camarero sobre la crisis.

Un tema recurrente.
Su análisis era tremendo, pero cuando le pregunté: "¿Y tú cómo lo llevas?", me dijo que él bien, que tenía trabajo y novia.

También hay quien se suicida.
Sí, pero en general existe una manifiesta dicotomía entre la satisfacción personal con la vida de cada cual cuando analiza sus propias circunstancias, y los temas angustiantes de la sociedad que invaden los medios de comunicación y las tertulias.

¿Somos secretamente felices?
Tenemos un mecanismo genético que protege nuestro estado de ánimo; recurrimos a comparaciones que nos favorecen: "Yo estoy en paro, pero fulanito tiene un cáncer", y diversificamos nuestras parcelas de satisfacción: "Esto me va mal, pero esto bien".

Se ha atrevido a escribir un libro sobre la felicidad.
Sí, porque cada día me llama más la atención la capacidad del ser humano de mantenerse contento a pesar de situaciones terribles. La satisfacción con la vida es algo que protegemos inconscientemente y que nos hace seguir pensando que la vida merece la pena, es genético.

Explíquemelo en su propia piel.
Estoy sorprendido de cómo he podido superar las dificultades. Fui un hiperactivo sin diagnosticar, siempre en el último banco de la clase porque no había profesor que me aguantara. A los 14 años me enviaron a un colegio de cateados. La directora, doña Dolina, decidió sentarme en primera fila, y eso cambió mi destino: empecé a aprobar.

¿Y cómo evolucionó?
Pese a mi mal oído, mi madre me hizo estudiar piano, de ahí pasé a la batería y con 17 años tenía un cuarteto.

Y las chicas le hacían ojitos.
Sí, y así conseguí proteger mi autoestima, pero seguía teniendo gastritis. Mi padre era de derechas y mi hermano de izquierdas y yo somatizaba el conflicto. Decidieron enviarme a casa de una señora en un pueblo en Francia para que aprendiera el idioma. La señora me hacía tortillas de pimientos que me sentaban estupendamente.

Ahí no había conflicto.
... Y seguí marchándome, me fui a Nueva York sin saber inglés, pero siempre ha salido alguien que me ha ayudado, y yo he sabido aceptar la ayuda. Y le explico tantas cosas porque pienso que cuanto más hablamos más vivimos, y como me ha dado la oportunidad...

Estoy encantada.
Narrar lo que sientes te obliga a organizar tu historia, rebaja la intensidad emocional y alarga la vida. Y si encima hay alguien que te escucha y se solidariza contigo...

¿Y si no hay nadie?
Escríbelo. No tener una explicación para lo que nos ocurre lo llevamos muy mal, el cerebro no acepta el vacío.

Según como te cuentes tu tragedia, ¿la vida y tu salud tomarán un rumbo u otro?
Así es, si yo llego de mal humor a casa y mi mujer me dice: "Luis, has debido de tener un mal día en el trabajo", es decir, que no es culpa mía sino del trabajo, me da la opción de que todo cambie. Pero si me dice: "Tienes un carácter que no hay quien te aguante"...

Hay una cita en su libro: "Mi vida no tiene propósito, ni dirección, ni finalidad, ni significado...
... y a pesar de todo soy feliz".

Pues todos los psicólogos dicen que sin dirección no vas a ningún sitio.
Igual que hay un instinto de supervivencia, está el que nos lleva a proteger la satisfacción con la vida. Creer que ejerces cierto control sobre tu vida aumenta las posibilidades de superar enfermedades y crisis, lo opuesto a "que sea lo que Dios quiera".

Hay que luchar contra viento y marea.
Pensar que puedes hacer algo por mejorar tu vida ayuda incluso en situaciones en las que no puedes hacer mucho.

Según sus estudios, tener pareja es una de las principales fuentes de dicha, pero también es lo más conflictivo.
Hay exigencias culturales que son muy poco realistas, y que crean unas expectativas que nos hacen sufrir. Si te casas pensando que es para toda la vida y resulta que no es así, te sientes fracasado y frustrado. Si la sociedad aceptara que vamos a estar juntos mientras la relación tenga sentido, nos sentiríamos menos presionados.

Somos supervivientes.
Lo raro en esta vida es no tener problemas. De media tenemos dos grandes tragedias en la vida. Y la idea de que crecemos con el sufrimiento es absurda.

¿No te hace más sabio?
Ni mejor persona. El sufrimiento interfiere en todo y no sirve para nada. Lo que ocurre es que a veces nos hace descubrir aspectos de nosotros mismos que no conocíamos pero estaban ahí.

Mejor la introspección.
Sí, observarse a uno mismo y estar abierto a las respuestas de los demás, conocer lo que nos gusta y lo que no y nuestras limitaciones. Y hay que ser consciente del impacto que tenemos en los demás.
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domingo, 2 de diciembre de 2012

El Sistema Limbico: Las Emociones


El sistema límbico está compuesto por un conjunto de estructuras cuya función está relacionada con las respuestas emocionales, el aprendizaje y la memoria. Nuestra personalidad, nuestros recuerdos y en definitiva el hecho de ser como somos, depende en gran medida del sistema límbico.

Los componentes de este sistema son: amígdala, tálamo, hipotálamo, hipófisis, hipocampo, el área septal (compuesta por el fórnix, cuerpo calloso y fibras de asociación), la corteza orbitofrontal y la circunvolución del cíngulo.

El sistema Limbico

EL CEREBRO EMOCIONAL
  El cerebro humano está formado por varias zonas diferentes que evolucionaron en distintas épocas. Cuando en el cerebro de nuestros antepasados crecía una nueva zona, generalmente la naturaleza no desechaba las antiguas; en vez de ello, las retenía, formándose la sección más reciente encima de ellas.
Esas primitivas partes del cerebro humano siguen operando en concordancia con un estereotipado e instintivo conjunto de programas que proceden tanto de los mamíferos que habitaban en el suelo del bosque como, más atrás aún en el tiempo, de los toscos reptiles que dieron origen a los mamíferos.
La parte más primitiva de nuestro cerebro, el llamado'cerebro reptil', se encarga de los instintos básicos de la supervivencia -el deseo sexual, la búsqueda de comida y las respuestas agresivas tipo 'pelea-o-huye'.
En los reptiles, las respuestas al objeto sexual, a la comida o al predador peligroso eran automáticas y programadas; la corteza cerebral, con sus circuitos para sopesar opciones y seleccionar una línea de acción, obviamente no existe en estos animales.
Sin embargo, muchos experimentos han demostrado quegran parte del comportamiento humano se origina en zonas profundamente enterradas del cerebro, las mismas que en un tiempo dirigieron los actos vitales de nuestros antepasados.
'Aun tenemos en nuestras cabezas estructuras cerebrales muy parecidas a las del caballo y el cocodrilo', dice el neurofisiólogo Paul MacLean, del Instituto Nacional de Salud Mental de los EE.UU.
Nuestro cerebro primitivo de reptil, que se remonta a más de doscientos millones de años de evolución, nos guste o no nos guste reconocerlo, aún dirige parte de nuestros mecanismos para cortejar, casarse, buscar hogar y seleccionar dirigentes. Es responsable de muchos de nuestros ritos y costumbres (y es mejor que no derramemos lágrimas de cocodrilo por esto).
EL SISTEMA LÍMBICO O CEREBRO
       EMOCIONAL
El sistema límbico, también llamado cerebro medio, es la porción del cerebro situada inmediatamente debajo de la corteza cerebral, y que comprende centros importantes como el tálamo, hipotálamo, el hipocampo, la amígdala cerebral (no debemos confundirlas con las de la garganta).
Estos centros ya funcionan en los mamíferos, siendo elasiento de movimientos emocionales como el temor o la agresión.
En el ser humano, estos son los centros de la afectividad, es aquí donde se procesan las distintas emociones y el hombre experimenta penas, angustias y alegrías intensas
El papel de la amígdala como centro de procesamiento de las emociones es hoy incuestionable. Pacientes con la amígdala lesionada ya no son capaces de reconocer la expresión de un rostro o si una persona está contenta o triste. Los monos a las que fue extirpada la amígdala manifestaron un comportamiento social en extremo alterado: perdieron la sensibilidad para las complejas reglas de comportamiento social en su manada. El comportamiento maternal y las reacciones afectivas frente a los otros animales se vieron claramente perjudicadas.
Los investigadores J. F. Fulton y D. F. Jacobson, de laUniversidad de Yale, aportaron además pruebas de que la capacidad de aprendizaje y la memoria requieren de una amígdala intacta: pusieron a unos chimpancés delante de dos cuencos de comida. En uno de ellos había un apetitoso bocado, el otro estaba vacío. Luego taparon los cuencos. Al cabo de unos segundos se permitió a los animales tomar uno de los recipientes cerrados. Los animales sanos tomaron sin dudarlo el cuenco que contenía el apetitoso bocado, mientras que los chimpancés con la amígdala lesionada eligieron al azar; el bocado apetitoso no había despertado en ellos ninguna excitación de la amígdala y por eso tampoco lo recordaban.
El sistema límbico está en constante interacción con la corteza cerebral. Una transmisión de señales de alta velocidad permite que el sistema límbico y el neocórtex trabajen juntos, yesto es lo que explica que podamos tener control sobre nuestras emociones.
Hace aproximadamente cien millones de años aparecieron los primeros mamíferos superiores. La evolución del cerebro dio un salto cuántico. Por encima del bulbo raquídeo y del sistema límbico la naturaleza puso el neocórtex, el cerebro racional.
A los instintos, impulsos y emociones se añadió de esta forma la capacidad de pensar de forma abstracta y más allá de la inmediatez del momento presente, de comprender las relaciones globales existentes, y de desarrollar un yo consciente y una compleja vida emocional.
Hoy en día la corteza cerebral, la nueva y más importante zona del cerebro humano, recubre y engloba las más viejas y primitivas. Esas regiones no han sido eliminadas, sino que permanecen debajo, sin ostentar ya el control indisputado del cuerpo, pero aún activas.
La corteza cerebral no solamente ésta es el área más accesible del cerebro: sino que es también la más distintivamente humana. La mayor parte de nuestro pensar o planificar, y del lenguaje, imaginación, creatividad y capacidad de abstracción, proviene de esta región cerebral.
Así, pues, el neocórtex nos capacita no sólo para solucionar ecuaciones de álgebra, para aprender una lengua extranjera, para estudiar la Teoría de la Relatividad o desarrollar la bomba atómica. Proporciona también a nuestra vida emocional una nueva dimensión.
Amor y venganza, altruismo e intrigas, arte y moral, sensibilidad y entusiasmo van mucho más allá de los rudos modelos de percepción y de comportamiento espontáneo del sistema límbico.
Por otro lado -esto se puso de manifiesto en experimentos con pacientes que tienen el cerebro dañado-, esas sensacionesquedarían anuladas sin la participación del cerebro emocional. Por sí mismo, el neocórtex sólo sería un buen ordenador de alto rendimiento.
Los lóbulos prefrontales y frontales juegan un especial papel en la asimilación neocortical de las emociones. Como'manager' de nuestras emociones, asumen dos importantes tareas:
·     En primer lugar, moderan nuestras reacciones emocionales, frenando las señales del cerebro límbico.
·     En segundo lugar, desarrollan planes de actuación concretos para situaciones emocionales. Mientras que la amígdala del sistema límbico proporciona los primeros auxilios en situaciones emocionales extremas, el lóbulo prefrontal se ocupa de la delicada coordinación de nuestras emociones.
Cuando nos hacemos cargo de las preocupaciones amorosas de nuestra mejor amiga, tenemos sentimientos de culpa a causa del montón de actas que hemos dejado de lado o fingimos calma en una conferencia, siempre está trabajando también el neocórtex.  

El Cerebro Reptiliano


El cerebro reptiliano, reptilian o primitivo, es el básico o el instintivo en el ser humano. Es   el que actúa cuando nos ocupamos de cosas puntuales como fregar, lavar o coser. Es la parte más antigua del cerebro, es más, es el primero que la naturaleza nos proporcionó junto con los reptiles, hace unos 500 millones de años. 
Los reptiles son las especies animales con el menor desarrollo del cerebro. El suyo, está diseñado para manejar la supervivencia y en dos extremos: huir o pelear, con muy poco o ningún proceso sentimental. Tiene un papel muy importante en el control de la vida instintiva.
Este cerebro no está en capacidad de pensar, ni de sentir; su función es la de actuar, cuando el estado del organismo así lo demanda.
El complejo reptiliano comprende las conductas que se asemejan a los rituales animales como el anidarse o aparearse y las conductas impulsivas de defensa y ataque.
Cuando este cerebro ha sido activado en la primera infancia debido al maltrato o a climas emocionales de violencia; y probablemente cuando llegue la persona a la adultez será una persona necesitada de drogas para calmarse, un suicida, un violento o un delincuente.
Se trata de un tipo de conducta instintiva programada y poderosa, por lo tanto, es muy resistente al cambio. Es el impulso por la supervivencia: comer, beber, temperatura corporal, sexo, territorialidad, necesidad de cobijo, protección.
Nos sitúa en el puro presente, sin pasado y sin futuro, por lo que es incapaz de aprender o anticipar. En el cerebro reptiliano se procesan las experiencias primarias, no verbales, de aceptación o rechazo.
Es un cerebro funcional, territorial, responsable de conservar la vida, no piensa ni siente emociones, es pura impulsividad y es el  capaz de cometer las mayores atrocidades.