 La revolución cognitiva vuela sobre hombros de gigantes. A tantas áreas de conocimiento y grupos de interés preocupa el conocimiento sobre cómo funciona nuestra mente, tantas posibles utilidades se agazapan tras los estudios genético y clínico del cerebro humano, que los avances y las publicaciones relacionadas con ellos se suceden a un ritmo vertiginoso. Si un lector acude a la librería con cierto interés, y ojo avizor, prácticamente cada trimestre puede encontrar libros o manuales relacionados con algo nuevo que decir sobre una de las investigaciones científicas que más interesa a la comunidad científica, así como al público general.
Como síntoma de estos avances, observe que enFantasymundo hemos dedicado no pocas reseñas a libros fundamentales en la revolución cognitiva, y ninguno responde ni remotamente al perfil de ‘El perfil emocional de tu cerebro’ (Destino, 2012, disponible enFantasyTienda) del psicólogo y psiquiatra estadounidense Richard J. Davidson –con la colaboración de la periodista especializada en la divulgación de temas científicos Sharon Bergley.
La primera razón para su excepcionalidad: entra de lleno en el mundo de las emociones. No se trata tanto de cómo valoramos información o tomamos decisiones, sino de cómo instintivamente reaccionamos a nuestro entorno, cómo en décimas de segundo adoptamos una actitud ante las cosas que -queramos o no- transforma la información que recibimos, transforma las decisiones que tomamos y, en definitiva, transforma nuestra vida y nos moldea en lo que somos. Y, creámoslo o no, también nuestras emociones responden a mecánicas pautadas de reacción, a formas de afrontar las situaciones y adaptarnos al contexto de lo incierto.
En segundo lugar: este libro parte de la adaptabilidad de nuestro cerebro. Si nuestro cerebro tiene distintas posibilidades de adaptación emocional a la incertidumbre, y vivimos instalados en una de esas mecánicas dañinas capaz incluso de crearnos frustración o miedo o inseguridad o infelicidad, con un trabajo cognitivo adecuado el cerebro puede cambiar hacia nuevas mecánicas capaces -esta vez sí- de mejorar nuestra calidad general de vida. La idea del “perfil emocionar” persigue, precisamente, identificar las distintas mecánicas que nuestro cerebro adopta, explicar su influencia en nuestras emociones y nuestra forma de ser, y proponer a partir de ahí un trabajo cognitivo positivo para cambiar las mecánicas que nos causan algún tipo de insatisfacción.
En tercer lugar: ‘El perfil emocional de tu cerebro’ (Destino, 2012) conecta con las principales teorías del campo emocional, en cuya cúspide se encuentra la ‘Inteligencia emocional’ (Kairós, 2011) del también psiquiatra estadounidense Daniel Goleman. Sin embargo, el libro de Richard J. Davidson tiene la virtud de repasar los avances producidos sobre aquellas teorías emocionales iniciáticas, en cierto sentido intuitivas, e introducir en su teoría los principales avances en la investigación de campo de las últimas décadas. A partir de experimentos sobre la adaptabilidad neuronal del cerebro y los cambios que puede experimentar, la reacción variable del cerebro al entorno, o los misterios de algunas de las emociones más habituales (como la timidez o la resistencia a los cambios o la evitación de los problemas), nos cuenta más sobre porqué somos como somos.
Y, en cuarto lugar, el libro ofrece un aspecto eminentemente práctico, próximo -salvando las distancias- a los libros de autoayuda, realmente infrecuente en los libros de divulgación científica. Pues el autor no se detiene únicamente en el explicar y desarrollar su idea sobre los “perfiles emocionales”, sino que también nos ofrece en los capítulos finales pautas para identificar nuestro perfil, hacer examen de conciencia sobre cómo nuestras emociones influyen sobre nuestro comportamiento y, en último caso, unos breves y sencillos ejercicios para transformar nuestras “emociones destructivas” (otra de las obras de Goleman; Kairós, 2010) o “emociones tóxicas” (ediciones B, 2012) –término equivalente pero más de moda desarrollado a partir del concepto de “gente tóxica” (Vergara, 2011) definido por el psicólogo argentinoBernardo Stamateas.
La principal aportación del libro, dentro de la revolución cognitiva, está en su contundencia a la hora de poner coto al determinismo genético. En los últimos años, las investigaciones en ADN han querido explicar prácticamente cada uno de los aspectos que determinan la vida de las personas, llegando incluso a imponer límites al libre albedrío. Sin embargo, la mente se desvela cada día como una caja negra mucho más poderosa de lo que la dictadura genetista venía dando a entender. El ADN tiene una influencia indudable en el desarrollo físico y corporal, pero la personalidad va por otro lado y tiene un poder e influencia mucho mayor en nuestro bienestar y felicidad personal del que le hemos atribuido hasta ahora.
‘El perfil emocional de tu cerebro’ (Destino, 2012) aporta al lector interesado nuevos descubrimientos, nuevas líneas de investigación y, de forma excepcional y casi única, una utilidad directa en la mejora de su calidad de vida. Sobre muy pocos libros, de cualquier tenor y pelaje, se pueden decir algo así sin miedo a equivocarse.
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